La Música Calma a Las Bestias…

¿Alguna vez has escuchado esa frase? pues es totalmente cierta. Has la prueba, cuando te sientas enojado, molesto estresado o simplemente malhumorado pon algo de Johann Sebastian Bach, verás como poco a poco ese mal humor irá pasando, en Australia han realizado un experimento: el problema era que un grupo de jóvenes vándalos se reunían fuera de un centro comercial para lanzar improperios a las personas que entraban a dicho centro comercial, el experimento consistió en poner altavoces por los cuales se escuchaba música clásica y el resultado fue, para sorpresa de todos, que los chicos se fueron de esa zona, el experimento, después de todo, fue un éxito, demostró que la música clásica acaba con la violencia.

La música influye directamente en los estados de ánimo de las personas, ya que puede despertar, estimular y desarrollar diferentes emociones y sentimientos, la música es una fuente de placer, es capaz de hacernos recordar momentos especiales, olores, colores, nos ayuda a reflexionar y a interactuar con los demás, desarrolla nuestra imaginación y estimula nuestra capacidad creadora la armonía influye directamente sobre el ámbito de la afectividad, cuando es disonante provoca estados de ansiedad, estrés, agitación y cuando es consonante despierta en nosotros serenidad, estabilidad y reposo. Por su parte, el ritmo es un estimulante anímico, es por eso que cuando estamos tristes, de forma inconsciente o consciente preferimos canciones tristes de cuerdas y esto tiene su secreto, porque los instrumentos de cobre excitan, los de cuerda sedan, calman, los de viento impulsan.

Dirás que es imposible, pero la música es tan maravillosa que es capaz de regresarle las habilidades de ver o hablar a pacientes con embolia, la música placentera hace que produzcas dopamina hace que tu cerebro se llene de químicos de la felicidad.